jueves, 10 de febrero de 2011

Sortu abre la caja de Pandora

Leganés, 11 de febrero de 2011; Es imprescindible que, en un sistema democrático como se considera al de España, haya unas condiciones mínimas para que un partido pueda presentase como candidato a las elecciones y dar al resto de españoles la opción de votarlos. El cumplimiento de las condiciones debería ser vigilado por el poder judicial, de forma que no dependan de intereses políticos y que no violen la Constitución que contiene “las reglas del juego” con las que los españoles deben convivir. Pero sobre todo, esas condiciones deben ser objetivas, es decir, no pueden modificarse según la voluntad de nadie dependiendo del partido o ideología que se pretenda ilegalizar.
Si partimos de esta mínima base de igualdad y de democracia, podemos estar más o menos de acuerdo en que un partido que no condena el terrorismo y, que incluso, lo enaltece, debe ser ilegalizado y que, un partido, no puede ser el brazo político de personas que utilizan el terror y la violencia para conseguir sus objetivos.
No se puede negar la legalidad a un partido que cumple las condiciones que hemos planteado para el resto, simplemente por su historia. Sortu, por mucho que les pese a algunos, ha condenado el terrorismo, concretamente el de ETA, y ha pedido justicia para las víctimas. Si la antigua Batasuna, se decide a usar ahora todas la vías legales que existen para conseguir sus propósitos, lo que es legítimo en cualquier grupo político, ¿en base a qué se puede impedir su llegada a las urnas?
Es peligroso que sólo sea una estrategia política más con la que seguir manteniendo a ETA pero, mientras cumplan la legalidad, prohibirles presentarse a las elecciones sería llegar a un tipo de censura, aún más peligroso para la democracia.

1 comentario:

  1. El juego político consiste en eso. En cambiar las leyes, sus leyes, a su antojo, en transformar sus enemigos y amigos dependiendo de la circunstancia del momento. Sus principios se miden en beneficio económico y en votos. Dinero estoy obligado a darles, pero mi voto no señor, por a ese juego yo no quiero jugar que a mí aún me quedan principios.
    ¿Es democracia cambiar las leyes según les interese, cambiar su discurso, negar a los partidos y negar la diferencia?
    NO

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